Durante aproximadamente diez años Roberto
Parra escribió las décimas de La Negra Ester.
Hoy sabemos que este proceso de creación no
estuvo ausente de ires y venires, también sabemos
que se impuso en su cotidianidad: apegado
a la historia y a la necesidad de darle vida en
el lenguaje, emprendió una empresa que pareciera
surgir de dos determinaciones cruciales:
apropiarse de la tradición de la décima utilizando
el habla popular como un recurso dispuesto
a la producción poética. En efecto, su trabajo se
inscribe en la tradición popular, se apropia de
ella y la nutre.
La experiencia del “mal tiempo”, la soledad y
la ambivalencia del mundo son los puntos que
articulan el trabajo visual de esta edición. Las
ilustraciones realizadas por Sole Poirot buscan
releer esta historia instalada en nuestra cultura;
representaciones que concentran su intensidad
en los elementos del paisaje, en la densidad
de su composición, y esa utilización produce un
trabajo en capas, donde la convivencia de diversas
técnicas permite un retrato voladizo, al
compás de las palabras.
El valor visual que Quilombo Ediciones ha dado
a esta publicación se sostiene en la propia tradición
popular, filiación que no busca replicar
trazos, sino que prestar atención a su intencionalidad,
una cita abierta a recursos que están
presentes, por ejemplo, en la escritura y diseño
de la Lira Popular; hablamos de escritura pues
lo visual comienza, precisamente, en la creación
poética.
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